La libertad de mercado se ha convertido en un dogma de fe, para mi no. No todo puede estar supeditado a los intereses económicos, el hombre y su dignidad están por encima, muy por encima del capital, al igual que la naturaleza.
Leer en estos tiempos, que en Guipúzcoa, los pecadores vascos, han tirado a la basura 26 toneladas de merluza, 18 en el mes de julio y a otras 8 de principio de este mes, simplemente para mantener los precios mínimos, es un verdadero crimen.
Yo me pregunto, sabiendo el problema gravísimo de cómo estamos esquilmando los mares de muchas especies, ¿no es más sencillo la autolimitación de la pesca para controlar el precio?, pues tirar tantas toneladas de alimento, es un crimen contra el hambre que existe en el mundo, pero es un crimen mayor contra la naturaleza. ¿Cuántas especies están en peligro de extinción?, no se quieren dar cuenta o no les importa que estén dejando sin futuro o limitado a próximas generaciones de pescadores, a la industria de la pesca o convertirán el pescado, en muchas especies, en artículo de lujo, lejos de ser una pieza fundamental de nuestra alimentación, como lo ha sido hasta ahora.
Yo me preguntó, por la utilidad de la Unión Europea, del Gobierno del Estado o de las Comunidades Autónomas si ni siquiera son capaces de controlar estos desafueros. Lamentable, si la sociedad sigue aplicando criterios economicistas a todo, poco futuro dejaremos a las próximas generaciones. Si cada día hay menos estadistas en la política, también van disminuyendo los políticos, solo quedan especuladores del poder, de la imagen y de los votos. Conmigo que no cuenten para esa politica.
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