Esta tarde he visitado Chiclana de la Frontera. Tarde calurosa y sin prisa. Pude observar con detenimiento esa nueva plaza, la que han colocado sobre el Río Iro, si esa, la de la enorme placa de hormigón. Lo siento por el arquitecto que la planificara, pero no me gusta nada. Es una superficie sosa, árida, que lo que provoca es ganas de irse rápidamente a otro lado. ¿Qué uso puede tener? ¿Cuánto ha costado? Eso lo sabrá el anterior Alcalde José María Román, igual que sabrá porque se archivaron los ya famosos expedientes urbanísticos.
Una pena como se desaprovechan oportunidades urbanísticas en centros histíoricos por genialidades de autores que se quieren inmortalizar, que luego se enrollan hablando de volúmenes y de simetrías, de diseños y perspectivas, pero que el pueblo llano, que al fin al cabo es el destinatario y quien tiene que disfrutarlo, le ha puesto a su obra el portaaviones, definición gráfica, concisa y acertada. Se demuestra la sabiduría popular de Andalucía.
La verdad es que Chiclana estaba animada, quitando esa plaza, las calles concurridas y las cafeterías llenas. He estado conversando largamente con nuestra concejala Estefanía Benítez, una andalucista de la nueva generación, porque el andalucismo se va regenerando, afortunadamente, van entrando personas trabajadoras, luchadoras, dispuesta a gestionar correctamente los servicios públicos y con una idea muy clara de que ser andalucista es luchar por esta tierra, es luchar por sus gentes, pueblo a pueblo. Da gusto escuchar a Estefanía su ilusión, pese a las dificultades que se encuentra y a las chinitas que le han dejado en el camino.
Hemos hablado del pleno del ayuntamiento de mañana, de cómo va creciendo el partido y se va normalizando, y como sería necesario días de más horas. Cuando la deje todavía iba a ver unas actuaciones en la calle.
Recorriendo pueblo a pueblo, cada día tengo más claro que los andalucistas somos necesarios por nuestro trabajo e ilusión por cambiar nuestra tierra. Tenemos militancia y futuro asegurado.
Una pena como se desaprovechan oportunidades urbanísticas en centros histíoricos por genialidades de autores que se quieren inmortalizar, que luego se enrollan hablando de volúmenes y de simetrías, de diseños y perspectivas, pero que el pueblo llano, que al fin al cabo es el destinatario y quien tiene que disfrutarlo, le ha puesto a su obra el portaaviones, definición gráfica, concisa y acertada. Se demuestra la sabiduría popular de Andalucía.
La verdad es que Chiclana estaba animada, quitando esa plaza, las calles concurridas y las cafeterías llenas. He estado conversando largamente con nuestra concejala Estefanía Benítez, una andalucista de la nueva generación, porque el andalucismo se va regenerando, afortunadamente, van entrando personas trabajadoras, luchadoras, dispuesta a gestionar correctamente los servicios públicos y con una idea muy clara de que ser andalucista es luchar por esta tierra, es luchar por sus gentes, pueblo a pueblo. Da gusto escuchar a Estefanía su ilusión, pese a las dificultades que se encuentra y a las chinitas que le han dejado en el camino.
Hemos hablado del pleno del ayuntamiento de mañana, de cómo va creciendo el partido y se va normalizando, y como sería necesario días de más horas. Cuando la deje todavía iba a ver unas actuaciones en la calle.
Recorriendo pueblo a pueblo, cada día tengo más claro que los andalucistas somos necesarios por nuestro trabajo e ilusión por cambiar nuestra tierra. Tenemos militancia y futuro asegurado.
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