Desde hace más de veinte años conozco a magistrados. La mayoría personas normales que realizan su trabajo, unos mejor otros peor, generalmente de manera silenciosa. Bastante trabajo es decidir sobre la vida de los demás, como para más ajetreos.Pero en este tiempo, hubo un momento lamentable, la aparición de los jueces estrellas, sobre todo uno, el más mediático, Garzón. Un Juez con "suerte", siempre le tocaban los casos mediáticos, con instrucciones peliculeras aunque luego poco practicas para los Tribunales Juzgadores. Algún revolcón incluso se llevo en alguna sentencia.
Es polifacético, le da tiempo a todo, visita al Barsa, da conferencias, escribe, opina, visita el mundo entera como justiciero y además realiza su trabajo como magistrado. Se me olvidaba, realizó una incursión en política con Felipe González, que duro poco, pues quería ser un sueperministro de justicia-interior, pero Felipe le quitó los humos y el ministerio. Se fue pero se vengó.
Ahora se ha sacado un proceso, para aclarar los desaprecidos de la Guerra Civil. Lo ha conseguido, de nuevo en primera plana en la prensa, pero además lo impensable unir a todas las asociaciones de los magistrados contra él.
La Justicia esta falta de medios personales y materiales, hay atrasos, este o tiene sentido. Los Juzgados y Tribunales no están para juzgar a la historia ni para buscar restos humanos, para eso están otras administraciones y asociaciones. Además Garzón no paga esos gastos sino el erario público.
La justicia no esta para los caprichos de este señor, que siempre tiene que estar en la palestra, curiosamente para entreterner y desviar la atención de otros problemas más grave como es la recesión económica que tenemos encima.
Garzón juega con los sentimientos de los familiares y el respeto que tienen todos los que murieron de una forma u otra. Yo lo siento, pero no me iría a tomar una copa con él, con otros magistrado que trabajan cada día, van en autobus y se agobían con los papeles, con esos hasta los invito si es necesario.
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