Esta mañana he dado una rueda de prensa dedicada a la Residencia de Tiempo Libre, competencia de la Junta de Andalucía, Consejería de Empleo. Un nuevo ejemplo de gestión lamentable de la Junta.
La cronología es corta. Verano del 2007, a principio del mismo, se realiza una inspección y sorprendentemente aparecen “bichitos”, el edificio sigue utilizándose, viniendo numerosos visitantes de la tercera edad y se acogen allí a los integrantes del Festival Iberoamericano de Teatro, hasta mediados de noviembre, nueva inspección y se cierra de improviso la residencia. Había un brote de salmonella y se asustan.
El Delegado Juan Bouza anuncia que no pasa nada, que el cierre anual para poner apunto la residencia va a ser más largo, pues va a transformarlo en un edificio moderno inteligente, una maravilla y van a poner un montón de millones. Cerrará este verano pero en febrero de 2009 estará abierto. No hay problemas.
Estamos cerca del año del cierre y no se ha puesto un ladrillo, pero además ni se ha adjudicado ninguna obra, esta por dentro con equipamientos, no hay vigilancia continua, no se han realizado análisis por si los “bichitos” han veraneado de nuevo en Cádiz. Nada de nada.
Todos los anuncios de la Junta de apoyo al turismo social, de economías más débiles, se queda en nada. Cádiz una ciudad con problemas pierde una infraestructura, que suponen según datos de ellos 4.000 personas en los tres meses de verano.
Es lógico padecer el cierre de un edifico para una reforma, pero no lo es para que este permanezca vacío. El próximo verano, tampoco estará en funcionamiento, y dudo al paso llevamos que el siguiente lo este, pues la Junta no tiene un euro.
Los trabajadores por cierto, los desperdigaron y alguno ha pedido mensualmente más de cien mil pesetas, me cuentan. Las promesas que les hicieron para que se callaran se los llevo el viento de poniente. Eso para que confiéis de la Junta.
Juan Bouza personalmente me ha caído siempre bien, pero con la gestión de la Residencia de Tiempo Libre se ha lucido y me temo que seguira luciéndose.
La cronología es corta. Verano del 2007, a principio del mismo, se realiza una inspección y sorprendentemente aparecen “bichitos”, el edificio sigue utilizándose, viniendo numerosos visitantes de la tercera edad y se acogen allí a los integrantes del Festival Iberoamericano de Teatro, hasta mediados de noviembre, nueva inspección y se cierra de improviso la residencia. Había un brote de salmonella y se asustan.
El Delegado Juan Bouza anuncia que no pasa nada, que el cierre anual para poner apunto la residencia va a ser más largo, pues va a transformarlo en un edificio moderno inteligente, una maravilla y van a poner un montón de millones. Cerrará este verano pero en febrero de 2009 estará abierto. No hay problemas.
Estamos cerca del año del cierre y no se ha puesto un ladrillo, pero además ni se ha adjudicado ninguna obra, esta por dentro con equipamientos, no hay vigilancia continua, no se han realizado análisis por si los “bichitos” han veraneado de nuevo en Cádiz. Nada de nada.
Todos los anuncios de la Junta de apoyo al turismo social, de economías más débiles, se queda en nada. Cádiz una ciudad con problemas pierde una infraestructura, que suponen según datos de ellos 4.000 personas en los tres meses de verano.
Es lógico padecer el cierre de un edifico para una reforma, pero no lo es para que este permanezca vacío. El próximo verano, tampoco estará en funcionamiento, y dudo al paso llevamos que el siguiente lo este, pues la Junta no tiene un euro.
Los trabajadores por cierto, los desperdigaron y alguno ha pedido mensualmente más de cien mil pesetas, me cuentan. Las promesas que les hicieron para que se callaran se los llevo el viento de poniente. Eso para que confiéis de la Junta.
Juan Bouza personalmente me ha caído siempre bien, pero con la gestión de la Residencia de Tiempo Libre se ha lucido y me temo que seguira luciéndose.
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