Estoy acostumbrado a luchar contra los adversarios políticos, los del pp o los del psoe, pero no estoy acostumbrado a luchar contra los elementos. Son mucho más peligrosos, atacan de improviso y se van.
Esto nos ha ocurrido esta tarde. Marchabamos a una reunión en Sevilla, Jose María España y yo, cuando transitabamos por la autopista, de pronto el cielo se puso negro, pese a que estamos a 14 de julio, empezó a llover, goterones gordos, pero no paro ahí, empezó a granizar, cada vez con más fuerza, con más tamaño. Los coches todos paramos, era imposible seguir, todo él mundo buscaba el arcen, los automoviles sufrían una lluvía que parecía de piedras. La luba delnter precía que tardaría poco en romperse.
Los elementos empezaron a apaciguarse, emprendimos la marcha despacio, todos los coches ibamo espectantes, viendo los margenes blancos, arboles rotos, posiblemente por algún rayo, uno incluso sobre un arcen, la calzada toda llena de maleza y hojas de árboles. Comprendí la frase de aquel Rey, geminis como yo, que dijo. "no los mande a luchar contra los elementos". Por cierto, si alguién no se cree esto, que miré el techo del automovil de José María, allí hay un par de huellas de la calidad del granizo.
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