Esta mañana he visitado el Castillo de Santa Catalina, antiguo penal militar dedicado ahora a la labor cultural. Había dos exposiciones muy interesantes, una sobre Sorolla y sus contemporaneos y otra de Goya.
Pasear relajado obervando esos cuadros, según mi opinión no demasiado bien iluminados, era relajante. En la de Sorolla se puede admirar el cuadro la NIÑA, verdaderamente bueno, me gusto sobre los demás, la luz de la playa estaba en el cuadro junto con la fuerza de la figura de la niña. Cerca estaba un cuadro de Martín Rico y Ortega, un paisaje de un CANAL DE VENECIA, si uno se alejaba parecía totalmente una fotografía, supongo que sería uno d sus últimos cuadros pues murió allí en Venecia. Había varios cuadrod de Zuloaga, me llamaron menos la atención, salvo el retrato dedicado a EL BUÑOLERO, un banderillero, viejo, que en su rostro refleja la penuria y la rudeza de su vida.
La exposición de Goya de sus dibujos, sobre la catastrofe de terror que fue la Guerra de la independencia es muy fuerte. En una época en que no había cámaras fotográficas para dejar a la posteridad los sucesos, el lápiz y la mano, lo suplía. La verdad que lo ví rápido, genialidad y maestría por un lado pero nauseas por el contenido, reales además. ¿Cual sería el nombre de ese descuartizado o de esa violada? ¿sabrían donde se enterro o simplemente que había muerto ese hombre a punto de ser enterrado?
Merece la pena un paseo y ver arte, es buen ejercicio mental abstraerse de lo material y de lo cotidiano. El arte y la estética es también parte de la vida.
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